Midoriya y Bakugo son un peaje insufrible para disfrutar de la serie.
El primero porque es el clásico protagonista inaguantable. Y Bakugo, siendo el secundario rebelde no aporta nada en su rol y se queda en una caricatura molesta.
Al menos el resto de secundarios tienen mas gancho y en este volumen empezamos a ver a los mayores en acción.
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