En esta ocasión utilizaré a uno de mis alters, Shkar, como hilo conductor para presentar diferentes detalles de mi main, Dorian. Y de paso para ir relacionandolo con el resto de Recios ^_^
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Shkar Kyle - Conociendo a los Recios
Todo el mundo dice que el templo Jedi huele a incienso con una extraña mezcla de aceites aromaticos en el ambiente.
Pero también puedes respirar ese aroma a responsabilidad y dedicación propio de los lugares de peregrinaje y adoración, o, en el caso de los jovenes padawan, un profundo olor a nerviosismo. Especialmente si te encuentras en presencia de los Maestros de la Orden y uno de ellos tiene su sable de luz encendido cerca de tu cabeza
El arma Jedi cortó limpiamente la trenza del padawan y el maestro apagó el sable de luz, devolviendo el arma a su lugar.
- “Levantate y unete al resto de tus hermano, Caballero Shkar Kyle.”
El joven Mirialan se incorporó, completamente embargado por la emoción, y saludo a los Maestros que habían permanecido a oscuras hasta el comienzo de la ceremonia.
Sh’kar recibió con amabilidad las felicitaciones de sus nuevos hermanos Jedi.
Fué un gran día. Lleno de alegrias y motivos para sentirse orgulloso.
Fué un gran día. Hasta que conoció a Dorian Destine.
La Maestra Ardanai fué quien le explicó su primera asignación como Caballero Jedi de pleno derecho.
- “Serás uno de los Jedis destinados al regimiento Recios. Un grupo de combate mixto.”
- “Será un gran honor Maestra.”
- “Reunete con Dorian en el ala Este. Precisamente hoy ha venido al templo a arreglar asuntos de su regimiento. Que la Fuerza te acompañe.”
- “Que la Fuerça os acompañe, Maestra.”
Sh’kar recorrió los familiares pasillos del templo hasta la zona que le había indicado su Maestra.
La puerta del despacho lucia un estandarte militar con un símbolo que le recordaba vagamente el emblema de la República mezclado con una gran R.
Inspiró pausadamente un par de veces para relajarse y finalmente llamó a la puerta.
- “Adelante” - respondió una voz femenina.
El recien nombrado Jedi se sorprendió momentaneamente, pero aun así entró con decisión en la estancia.
Alli se encontró con la mujer que le había respondido junto a un hombre apoyado en el borde de la ventana. Ambos lucian sendas mascaras tradicionales Miraluka.
- “Bienvenido Caballero.” - comenzó la mujer - “Mi nombre es Naia y supongo que tu seras uno de los nuevos reclutas de los Recios, ¿verdad?”
- “Si, así es. Shkar Kyle. La Maestra Ardanai me envió a reunirme con Dorian Destine.”
- “Y aquí me tienes.” - interrumpió el hombre, incorporandose, lo que permitió a Shkar darse cuenta de la diferencia de altura. El Miraluka le sacaba bastante mas de una cabeza, y como todos los de su raza no miraba a su interlocutor cuando hablaba. - “¿En que podemos ayudarte?” - preguntó con un tono que dejaba bien claro las pocas ganas que tenía de hablar.
- “He sido nombrado reçientemente Caballero y me han asignado a su grupo... orden... regimiento. Perdon.” - Shkar se sonrió ante la confusión, al igual que Naia, pero la ausencia de respuesta en el varón Miraluka rapidamente le borró la sonrisa de la cara.
- “Naia, llama a Dairon o Rocanegra y que alguien le acerque a los barracones.”- y sin decir mas salió de la estancia.
Aunque los Miraluka son ciegos pueden percibir el entorno a traves de la Fuerza, y una de las costumbres mas molestas que tienen -aunque normal por otro lado- es no orientar la cara hacia los objetos sobre los que tienen puesta su atención. Sin embargo, Shkar podría jurar que antes de irse Dorian había mirado a algo en su mano. Justo antes de apretar el puño con fuerza.
- “Disculpa a mi esposo, Shkar. Recientemente hemos regresado de una misión y está muy afectado por las perdidas. Siempre se lo toma como un fracaso personal, incluso cuando no podría haber hecho nada para evitarlo.”
- “Erm... si, supongo que debe ser muy duro.” - el Mirialan respondía instintivamente por educación, aunque algo había llamado su atención - “¿Ha diçho su marido?. Pensaba que el código Jedi...”
Pero también puedes respirar ese aroma a responsabilidad y dedicación propio de los lugares de peregrinaje y adoración, o, en el caso de los jovenes padawan, un profundo olor a nerviosismo. Especialmente si te encuentras en presencia de los Maestros de la Orden y uno de ellos tiene su sable de luz encendido cerca de tu cabeza
El arma Jedi cortó limpiamente la trenza del padawan y el maestro apagó el sable de luz, devolviendo el arma a su lugar.
- “Levantate y unete al resto de tus hermano, Caballero Shkar Kyle.”
El joven Mirialan se incorporó, completamente embargado por la emoción, y saludo a los Maestros que habían permanecido a oscuras hasta el comienzo de la ceremonia.
Sh’kar recibió con amabilidad las felicitaciones de sus nuevos hermanos Jedi.
Fué un gran día. Lleno de alegrias y motivos para sentirse orgulloso.
Fué un gran día. Hasta que conoció a Dorian Destine.
La Maestra Ardanai fué quien le explicó su primera asignación como Caballero Jedi de pleno derecho.
- “Serás uno de los Jedis destinados al regimiento Recios. Un grupo de combate mixto.”
- “Será un gran honor Maestra.”
- “Reunete con Dorian en el ala Este. Precisamente hoy ha venido al templo a arreglar asuntos de su regimiento. Que la Fuerza te acompañe.”
- “Que la Fuerça os acompañe, Maestra.”
Sh’kar recorrió los familiares pasillos del templo hasta la zona que le había indicado su Maestra.
La puerta del despacho lucia un estandarte militar con un símbolo que le recordaba vagamente el emblema de la República mezclado con una gran R.
Inspiró pausadamente un par de veces para relajarse y finalmente llamó a la puerta.
- “Adelante” - respondió una voz femenina.
El recien nombrado Jedi se sorprendió momentaneamente, pero aun así entró con decisión en la estancia.
Alli se encontró con la mujer que le había respondido junto a un hombre apoyado en el borde de la ventana. Ambos lucian sendas mascaras tradicionales Miraluka.
- “Bienvenido Caballero.” - comenzó la mujer - “Mi nombre es Naia y supongo que tu seras uno de los nuevos reclutas de los Recios, ¿verdad?”
- “Si, así es. Shkar Kyle. La Maestra Ardanai me envió a reunirme con Dorian Destine.”
- “Y aquí me tienes.” - interrumpió el hombre, incorporandose, lo que permitió a Shkar darse cuenta de la diferencia de altura. El Miraluka le sacaba bastante mas de una cabeza, y como todos los de su raza no miraba a su interlocutor cuando hablaba. - “¿En que podemos ayudarte?” - preguntó con un tono que dejaba bien claro las pocas ganas que tenía de hablar.
- “He sido nombrado reçientemente Caballero y me han asignado a su grupo... orden... regimiento. Perdon.” - Shkar se sonrió ante la confusión, al igual que Naia, pero la ausencia de respuesta en el varón Miraluka rapidamente le borró la sonrisa de la cara.
- “Naia, llama a Dairon o Rocanegra y que alguien le acerque a los barracones.”- y sin decir mas salió de la estancia.
Aunque los Miraluka son ciegos pueden percibir el entorno a traves de la Fuerza, y una de las costumbres mas molestas que tienen -aunque normal por otro lado- es no orientar la cara hacia los objetos sobre los que tienen puesta su atención. Sin embargo, Shkar podría jurar que antes de irse Dorian había mirado a algo en su mano. Justo antes de apretar el puño con fuerza.
- “Disculpa a mi esposo, Shkar. Recientemente hemos regresado de una misión y está muy afectado por las perdidas. Siempre se lo toma como un fracaso personal, incluso cuando no podría haber hecho nada para evitarlo.”
- “Erm... si, supongo que debe ser muy duro.” - el Mirialan respondía instintivamente por educación, aunque algo había llamado su atención - “¿Ha diçho su marido?. Pensaba que el código Jedi...”
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