Cuarta parte de este pequeño fanfic sobre los Recios en el SWtOR.
Entregas anteriores:
Descenso
Descenso II
Descenso III
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- Planeta Kentares VII.
- Caida libre a 2000 metros sobre el centro de control operativo Sith de la zona. Una fortaleza natural protegida por enormes accidentes geográficos en medio del mar.
Las patrullas de defensa de la fortaleza se acercan hacia nosotros.
Aunque han derribado todos los señuelos deben comprobar que, efectivamente, la amenaza ha sido neutralizada. Eso significa que, por desgracia, nos enfrentamos a profesionales y no a un grupo de aburridos funcionarios acuartelados.
Nuestros soldados preparan sus armas protegidos por el campo de ocultación de los contrabandistas, los cuales abren los brazos para ofrecer mas resistencia al aire y frenar un poco su caida, lo justo para dejar que el resto de la formación los alcance.
Yo pego los brazos a mi cuerpo y trato de ofrecer la menor resistencia posible, adelantándome al grupo de asalto. El resto de Jedis imitan mi movimiento y nos colocamos en las primeras filas. Ahora nos toca a nosotros.
Naia, Latok y el resto de curanderos son los primeros en frenarse, igualando su velocidad al resto de tropas de asalto.
Silfith y los Guardianes avanzan hasta el limite del campo de camuflaje. Todavía no queremos desvelar nuestra posición.
Yo continuo mi avance, y cuando estoy a punto de rebasar ese mismo limite utlizo la Fuerza para ocultar mi presencia.
Apenas a 50 metros de los defensores de la fortaleza enciendo mi sable de luz.
A mi espalda el resto de Jedis hacen lo mismo, protegidos por el campo de camuflaje.
Mi sable atraviesa la primera motojet antes siquiera de que me vean, y para cuando el resto del contingente de defensa quiere reaccionar un empujón telekinético me ha permitido subirme a una de las cañoneras.
Por encima de mi cae el campo de camuflaje desvelando el contingente de Recios en caida libre.
Sables de luz surgen volando desde las primeras filas, donde los Guardianes protegen a los soldados de la Republica, los cuales se hacen eco de la acción Jedi y descargan toda la furia de sus armas contra los desprevenidos defensores.
Antes de que puedan reaccionar la mitad de las fuerzas de defensa han sido derribadas.
Las tropas de la República utilizan sus mochilas para maniobrar entre las aeronaves, buscando los mejores ángulos de disparo, mientras los contrabandistas colocan cargas en las cañoneras mas resistentes.
Veo como los Guardianes, ahora si, utilizan sus sables para deflectar los disparos de los soldados Imperiales. Algo que habría sido imposible de hacer con los cañones antiaereos.
Sin embargo tampoco tengo demasiado tiempo para fijarme en lo que hace todo el mundo. Dejo que la Fuerza me guie y confio en mis instintos, saltando de nave en nave, atrayendo su atención y desviando el fuego que dirigen hacia mi.
El combate es rápido y confuso.
Las únicas aeronaves cercanas que no han explotado están cayendo sin control, y los Recios continuan su descenso.
Salto de la ultima cañonera despues de atravesar los controles con mi sable y acelero hasta acercarme a los mas rezagados.
Maruk y Latok están activando las señales de localización de los mas heridos, cuya mochila de descenso ha comenzado ya a frenar la caida. Si conseguimos limpiar la zona de aterrizaje y anular los sistemas de defensa una nave de rescate podrá recogerlos facilmente.
Unos metros mas alante veo como los primeros Recios están llegando a la altura de los riscos mas altos que bordean el cañón donde se encuentra la fortaleza Sith.
- Caida libre a 2000 metros sobre el centro de control operativo Sith de la zona. Una fortaleza natural protegida por enormes accidentes geográficos en medio del mar.
Las patrullas de defensa de la fortaleza se acercan hacia nosotros.
Aunque han derribado todos los señuelos deben comprobar que, efectivamente, la amenaza ha sido neutralizada. Eso significa que, por desgracia, nos enfrentamos a profesionales y no a un grupo de aburridos funcionarios acuartelados.
Nuestros soldados preparan sus armas protegidos por el campo de ocultación de los contrabandistas, los cuales abren los brazos para ofrecer mas resistencia al aire y frenar un poco su caida, lo justo para dejar que el resto de la formación los alcance.
Yo pego los brazos a mi cuerpo y trato de ofrecer la menor resistencia posible, adelantándome al grupo de asalto. El resto de Jedis imitan mi movimiento y nos colocamos en las primeras filas. Ahora nos toca a nosotros.
Naia, Latok y el resto de curanderos son los primeros en frenarse, igualando su velocidad al resto de tropas de asalto.
Silfith y los Guardianes avanzan hasta el limite del campo de camuflaje. Todavía no queremos desvelar nuestra posición.
Yo continuo mi avance, y cuando estoy a punto de rebasar ese mismo limite utlizo la Fuerza para ocultar mi presencia.
Apenas a 50 metros de los defensores de la fortaleza enciendo mi sable de luz.
A mi espalda el resto de Jedis hacen lo mismo, protegidos por el campo de camuflaje.
Mi sable atraviesa la primera motojet antes siquiera de que me vean, y para cuando el resto del contingente de defensa quiere reaccionar un empujón telekinético me ha permitido subirme a una de las cañoneras.
Por encima de mi cae el campo de camuflaje desvelando el contingente de Recios en caida libre.
Sables de luz surgen volando desde las primeras filas, donde los Guardianes protegen a los soldados de la Republica, los cuales se hacen eco de la acción Jedi y descargan toda la furia de sus armas contra los desprevenidos defensores.
Antes de que puedan reaccionar la mitad de las fuerzas de defensa han sido derribadas.
Las tropas de la República utilizan sus mochilas para maniobrar entre las aeronaves, buscando los mejores ángulos de disparo, mientras los contrabandistas colocan cargas en las cañoneras mas resistentes.
Veo como los Guardianes, ahora si, utilizan sus sables para deflectar los disparos de los soldados Imperiales. Algo que habría sido imposible de hacer con los cañones antiaereos.
Sin embargo tampoco tengo demasiado tiempo para fijarme en lo que hace todo el mundo. Dejo que la Fuerza me guie y confio en mis instintos, saltando de nave en nave, atrayendo su atención y desviando el fuego que dirigen hacia mi.
El combate es rápido y confuso.
Las únicas aeronaves cercanas que no han explotado están cayendo sin control, y los Recios continuan su descenso.
Salto de la ultima cañonera despues de atravesar los controles con mi sable y acelero hasta acercarme a los mas rezagados.
Maruk y Latok están activando las señales de localización de los mas heridos, cuya mochila de descenso ha comenzado ya a frenar la caida. Si conseguimos limpiar la zona de aterrizaje y anular los sistemas de defensa una nave de rescate podrá recogerlos facilmente.
Unos metros mas alante veo como los primeros Recios están llegando a la altura de los riscos mas altos que bordean el cañón donde se encuentra la fortaleza Sith.
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