Signus Prime de James Swallow, 21ª novela de la saga La Herejía de Horus: Leido .
[Sinopsis en la web de Timun Mas]
Desde los comienzos de la Gran Cruzada, Sanguinius, el angélico Primarch de la IX Legion, fue uno de los más leales y cercanos aliados de Horus. Pero los Blood Angels llevan mucho tiempo ocultando su naturaleza secreta al resto del Imperio, y cuando el Señor de la Guerra deja caer que su salvación podría encontrarse en las ruinas de un mundo conquistado, los hijos de Sanguinius caen en la trampa y se dirigen a él a toda prisa. Ahora, cuando se hace evidente la mano del traidor, los Blood Angels deben enfrentarse a los ejércitos del Chaos, surgidos del Warp, y a sus propios demonios personales, en las desoladas llanuras de Signus Prime.¿Os rechina algo en la sinopsis?, no sois los únicos.
Volvemos a tener novelas de la Herejía en "castellano". Y las comillas no son accidentales.
En este caso los protagonistas son los Ángeles Sangrientos (Blood Angels) y su campaña de Signus Prime. Con especial atención a su Primarca, Sanguinius, y la maldición genética del capítulo.
De hecho, aunque la historia comienza con una operación conjunta de los Blood Angels y los Luna Wolves (si, voy a intentar usar los nombres originales) contra unos alienígenas, el verdadero interes es ver la relación de amistad entre Horus y Sanguinius, así como mostrar el fallo genético.
Para mi este fue uno de los primeros puntos de conflicto.
La maldición genética de los Blood Angels siempre había tenido su origen en hechos posteriores a la herejía.
Todos los capítulos reciclan el código genético de sus soldados para crear nuevos soldados, pero los Blood Angels había tenido un problema durante la Herejía y se habían visto obligados a comenzar de nuevo usando el material genético de su Primarca, Sanguinius. El problema es que Sanguinius había muerto al enfrentarse a Horus, y sus poderes psíquicos habían impregnado su código genético. Por eso algunos Blood Angels se volvían locos en la batalla, y se creían que eran el propio Sanguinius de nuevo luchando su última batalla. Y por eso se formaban compañías de la muerte. Y por eso les acompañaba un capellán, para guiarles en sus delirios.
Bien, eso era lo que yo recordaba desde tiempos inmemoriales (junto a la costumbre de compartir su sangre en una ceremonia similar a la eucaristía).
Ahora resulta que los Blood Angels tienen un defecto genético desde el principio. Algo que se insinúa viene del propio Sanguinius, el cual, como ya sabemos, fue mutado en su viaje hasta Baal y por eso tiene alas. Aunque, metidos en mutaciones, Baal es un planeta radiactivo lleno de mutantes... así que tambien podría ser algo ocasionado por tener la base en Baal. Como sea, a mi me han cambiado el origen de la maldición de los Blood Angels Ô.o
Después de Melchior los Ángeles son encargados de acudir al sistemas Signus, donde se supone que se han escondido los últimos reductos de estos alienigenas.
Por supuesto, a estas alturas ya sabemos que esto no es mas que un plan de Horus para alejar a su hermano de Terra.
No solo eso, sino que se trata de una emboscada para intentar traer a Sanguinius y los Blood Angels al bando traidor... o acabar con ellos completamente.
Las fuerzas del Caos se han hecho con el control de todo el sistema, y son capaces de aislar a los Ángeles del resto del universo.
Vamos a tener batallas espaciales, planetas completamente degenerados, y semillas de corrupción por toda la flota.
De hecho, siendo Sanguinius un psíquico, y enfrentándose al caos, uno de los temas de la novela será como afecta el edicto de Nikaea a los psíquicos del capítulo, y que hacen cuando sus habilidades son lo único que puede ayudar a su capítulo.
La tentación del caos a Sanguinius, y como este intenta defender a sus hijos, será el otro gran tema.
Una novela interesante, especialmente si te gustan los Blood Angels. Donde los planes de Horus siguen avanzando, y le vemos cada vez mas comodo tratando con los poderes oscuros.
.oOo.
Normalmente intento no extenderme mucho en estas minireseñas, pero hay un par de cosillas que no puedo evitar comentar esta vez.
Una de ellas ha sido el cambio en la maldición de los Blood Angels, pero las otras dos hacen referencia a la edición.
Por un lado tenemos ilustraciones en la novela.
En blanco y negro a página completa.
No son muchas, no, pero ayudan a hacerse una idea mas visual de algunas cosas que ocurren en la historia.
Como aficionado a los comics no puedo mas que alegrarse, aunque admito que me resulta extraño encontrarme con ilustraciones en una novela. Sin embargo en otros entornos es relativamente habitual, así que supongo que todo será cosa de acostumbrarse.
Desconozco si las reediciones de las novelas anteriores también lo incluyen o si es algo propio únicamente de las nuevas novelas.
Pero lo que mas llama la atención, sin lugar a dudas es la traducción.
Para quien no se haya dado cuenta todavía, la nueva edición en castellano mantiene el nombre original de todos los términos bajo copyright de Games Workshop. Ya sabeis: Space Marines, Blood Angels, Luna Wolves, Sanguinary Guard, Chaos, Thunderhawk...
Admitamos que cuando llevas una temporada en el hobbie estos nombres no te vienen de nuevas, con lo cual no es algo que oscurezca el relato haciéndolo incomprensible.
No obstante, este spanglish se hace raro, y la sensación es que estas leyendo una traducción hecha por los fans que han dejado en Inglés los nombres propios porque es el nombre por el que todos los fans conocen esos términos. O quizás la típica conversación entre fans, donde se mezclan de forma aleatoria términos traducidos y originales debido a la mezcolanza de materiales que solemos utilizar.
Pero, claro, hablamos de una novela traducida. De la traducción oficial. Y ahí es cuando todo rechina.
Por supuesto, somos así, lo primero es echar pestes del traductor. Pero en cuanto piensas un poco te das cuenta de que un traductor profesional no puede ser tan chapuzas, con lo cual esto debe obedecer a alguna política de empresa.
En ese momento pasas a echar pestes contra Games Workshop, que seguramente esté intentando cuidar sus marcas comerciales de la misma forma en que DC prohíbe cualquier traducción de los nombres de sus personajes. Además, todos sabemos que GW es muy pijotera con todas estas cosas, y que siempre ha tenido un glosario de traducción muy extenso... oh, wait... GW lleva traduciendo los términos desde hace años. Así que tiene que ser otra cosa.
Y entonces es cuando te enteras de como va la ley española de derechos de autor en cuanto a las traducciones y comienzas a jurar en arameo. Resulta que aunque Blood Angel es un termino propiedad de GW, su traducción (Ángeles Sangrientos) pertenece al traductor que realizó ese trabajo, y por tanto debe percibir su parte cada vez que alguien utiliza ese termino. Y quien dice Ángeles Sangrientos dice cualquier otro término. Es decir, que GW debe pagar a los traductores no solo por las traducciones, sino por usar los nombres traducidos de sus marcas comerciales en cualquier producto posterior. Normal que GW haya llegado al punto de romper la baraja.
Habría que ver realmente por donde viene esa legislación, pero a simple vista parece otro ejemplo mas de "SGAE", aplicada a la traducción en este caso.
Y pensar que hay quien se desentiende de la política cuando nos tragamos sus consecuencias hasta en las traducciones de las novelas que leemos... pues nada, sigamos tocándonos las narices.
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