Habiendo sido Master habitual y huyendo de ese tipo de sistemas es difícil recordar alguna anécdota propia. Me vienen a la mente mas situaciones épicas en las que yo era el Master que aquellas en las que yo mismo he participado... supongo que haber llevado durante años clérigos y bardos cuando jugábamos a AD&D no da para muchos críticos épicos.
Si recuerdo varios dragones muertos de un solo hachazo a base de críticos, y quien dice hachazos dice espadas, lanzas, arcos o incluso conjuros. Es lo que tiene la estadística, que tarde o temprano tiene que salir. Y en mis primeros tiempos de D&D con la caja roja, si un dungeon no tenía un dragón al final de la mazmorra... no era un dungeon.
Por no contar los Balrogs derribados de un solo espadazo por una tirada abierta y el famoso critico 66.
Pero, bueno, estos ni los cuento porque llamar rol a lo que hacíamos en aquellos tiempos es ser muy generoso XD
Si tengo alguna situación estúpida como el día que lleve por primera vez un elfo guerrero con el kit de arquero (los kits eran una cosa de 2ª edición, predecesores de las clases de prestigio de 3ª). Mas de 15 flechas por ronda a base de combinar tiro rápido, disparo doble y alguna chorrada mas hicieron que después del segundo combate en el que barría yo solo con todo lo que nos sacaba el Master decidiera retirar el PJ y hacerme uno nuevo.
O, jugando a Vampiro con un Toreador muy independiente y cabezón decidí hacerle resistente a la magia e inmune a la vinculación. Despues de unos diás de partida gastando willpower para resistirme a los efectos del control mental, y humillar a unos ancianos con tiradas espectaculares el master terminó regalandome la inmunidad a la domininación y a la presencia, porque realmente le pegaba al personaje ^_^
Pero si tengo que quedarme solo con uno no queda mas remedio que volver a D&D y nuestra sempiterna campaña abierta en la asociación.
Mi maga elfa de Taladas llegó a Ansalón con nivel 8... y sin haber hecho la prueba de alta hechicería propia de los magos de Dragonlance.
Como había hecho muchos aliados en las aventuras previas le permitieron hacer la prueba para "regular su status", aunque fuera algo que se hacía a nivel 3.
Evidentemente la prueba se ajustó en consecuencia.
Poco a poco, y no sin dificultad fuí superando los diferentes retos, hasta que llegué al combate. El Master debía tener presente que el mago de referencia, el insulso de Raistlin, se había enfrentado a un Drow, así que un PJ de mas nivel debía sufrir una putada similar... un Beholder por ejemplo!!
Tengo un montón de ojos chungos, un rayo antimagia en el ojo central, y soy feo como el que mas. |
Evidentemente mi maga tenía menos esperanzas que un kobold solitario contra un grupo de aventureros, pero como venía de Taladas y era una especie de elfa salvaje lo ultimo que haría sería rendirse.
Saqué el arco que llevaba desde primer nivel y que hacia mogollón de aventuras que no utilizaba y ataqué. El Master me concedió el privilegio de atacar primero ya que el Beholder sabía que era un mago y no me tenía ningún miedo.
Un proverbial 20 hizo que la flecha impactara en el gran ojo central, obligándole a cerrarlo por un momento y permitiéndome una ronda gratuita por la sorpresa (vamos, que el resto de ojos se estuvieron quietos esa ronda).
Una Invisibilidad mejorada y correr como una desesperada puso a salvo al personaje unos momentos, lo suficiente para que el rayo antimagia no le afectara inmediatamente y el Beholder tuviera que comenzar a barrer la zona con sus habilidades.
Lo siguiente fué un conjuro de Volar para salir definitivamente su alcance mientras el Beholder seguía buscándome a nivel de tierra. Rayo antimagia, desintegración... lo tipico...
Y ya en vuelo comencé a lanzarle los conjuros de daño que tenía que no me delataban... el siempre infravalorado Asesino Fantasma!!
Esto no sería épico si el Beholder no hubiera pifiado la tirada de salvación, que fué precisamente lo que paso.
Así pues, mi maga puede presumir de haber derrotado en combate singular a un Beholder. Y todo por un critico de arco en el ojo del monstruo.
Monstruos épicos a mi... |
No hay comentarios:
Publicar un comentario