Si tenemos 5 sentidos ¿por qué nos centramos habitualmente solo en 1 y nos olvidamos de los otros 4?
Que si, que estamos en una cultura eminentemente visual, y "una imagen vale mas que mil palabras", y en un entorno como una mesa de rol donde se utiliza la palabra para describir, recurrir a ejemplos visuales o utilizar recursos gráficos que nos ayuden en nuestra exposición siempre ayuda. Porque no todos somos autores de renombre que saben evocar grandes sensaciones con su prosa... pero si podemos tirar del móvil y decir que el balrog se parece a "esta imagen de la película", o incluso plantar una miniatura del susodicho en la mesa delante de las figuras de los PJs. Fácil, rápido, sencillo y tremendamente efectivo.
Por supuesto que cuando llevas una temporada de Master, y te preocupas un mínimo por estas cosas, comienzas a añadir a tus descripciones el resto de sentidos: el fétido olor de las cloacas, el dulzón aroma que sale de la cocina de la posada todas las mañanas, el aterrador aullido de los lobos en el bosque, el sabor salado de esa sopa de pescado, o ese tacto rugoso de la piel del troll cuando te agarra con su enormes garras. Y cuanto mas practicas, mas lees, mas soltura terminas cogiendo en tus descripciones.
Pero, y esto es importante, siguen siendo descripciones, por debajo de la sensación directa que supone experimentar algo con tus propios sentidos.
Por eso ver una referencia o una figura en la mesa es tan efectivo, porque es una experiencia en primera persona.
Y por eso mismo muchos Masters utilizan música de fondo o sonidos ambientales.
Algunos incluso dan paso a los props, y te plantan en la mesa objetos que tu personaje se encuentra en la partida. Una pluma estilográfica, un libro antiguo, un mapa del tesoro, una espada... Que por un lado es una referencia visual espectacular, pero al mismo tiempo dispara el sentido del tacto como no podría hacer una descripción.
Puntos extra si alguno de estos despliegues puedes acompañarlos de aromas. El incienso es un recurso relativamente habitual, pero un libro que huela a viejo, que cruja al abrirse y que se vea destrozado ataca a todos los sentidos... ¿todos?, casi todos.
El gusto es el gran olvidado en las mesas de rol a la hora de intentar revivirlo en primer persona. Y pese a todo tampoco sería la primera mesa donde veo que el Master trae unos bollitos o una bebida relacionada con la partida. Pero, claro, eso implica dejar de comer patatas y beber CocaCola, muchas mesas no están dispuestas a ello.
Pero aparte de la inmersión que pueden proporcionar los sentidos, no olvidemos que también pueden ayudar en otros muchos aspectos, no únicamente narrativos.
A muchos les sorprendería comprobar la gran diferencia que supone utilizar contadores físicos en lugar de llevar la cuenta en la ficha, muy parecido a la diferencia entre tirar dados o usar una app. No, no es lo mismo, no intervienen los mismos sentidos. Los dados tienen peso, tienen textura, hacen ruido, responden a los movimientos de tu mano... no es solo apretar el botón lanzar, y al tener tantos sentidos puestos en la tirada hace que te involucres mucho mas en ese acto.
No desprecieis el papel de los sentidos en vuestras partidas. Para la inmersión narrativa, para la implicación... para disfrutar de ese acto social que es jugar a rol.
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